La doctora en astronomía Beatriz García explicó que para percibir ese fenómeno sólo es necesario salir una noche y ver el resplandor producido por nuestras ciudades en el cielo (como una nube luminosa) o transitar por la vía pública y que nuestra visibilidad esté dificultada por el efecto de la luz emitida por instalaciones de iluminación artificial (deslumbramiento). También es posible encontrarse con la "luz intrusa", que sucede cuando una instalación de iluminación emite luz en direcciones que exceden el área donde es necesaria e invaden zonas vecinas.
Enfatizó que debe hacerse un "uso racional de la energía (URE) en la instalación", lo que implica "llegar a los niveles recomendados con el menor consumo energético posible".
Para combatir este tipo de contaminación, recomendó evitar mantener encendidas luces interiores y exteriores cuando no sea necesario, así como usar lámparas no contaminantes y, en alumbrados de seguridad, de vapor de sodio de baja presión.
También enfatizó en la necesidad de promover en todo nivel educativo la inserción del tema de la contaminación lumínica, fomentar el desarrollo de campañas de información ciudadana, así como acciones comunitarias y de políticas públicas.