La Escuela del Magisterio conmemoró el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia con una reflexión sobre la importancia de mantener vigente la defensa de los Derechos Humanos.
El acto comenzó con las palabras de la vicedirectora a cargo de la Dirección Silvina Carbonari quien reflexionó sobre los hechos ocurridos a partir del 24 de marzo de 1976 y la importancia de mantener viva la memoria. En ese contexto recordó a la profesora Olga Inés Roncelli docente de la Escuela del Magisterio, desaparecida a sus 28 años, el 23 de setiembre de 1977.
En el turno tarde, fue la vicedirectora Laura Carbone quien inició el homenaje, con una reflexión histórica de los acontecimientos que se dieron hace 46 años. También destacó la decisión del Congreso de la Nación quien en el año 2002 instituyó por Ley el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
En sus palabras también recordó a la profesora Roncelli e invitó a los estudiantes a visitar el mural que la recuerda al ingreso de la Escuela y que refleja que para el Magisterio esta fecha es muy especial y es parte de su historia viva.
El profesor de Historia Julián Pischetz preparó unas palabras para invitar a los estudiantes a reflexionar sobre la magnitud de este día. “La defensa de los Derechos Humanos trasciende fronteras generacionales y culturales” expresó para enfatizar la causa que debe unir a todos los argentinos.
Para cerrar el Pischetz compartió un poema de su autoría que invita a repensar la fecha y continuar la lucha por los Derechos Humanos. A continuación compartimos el texto para toda la comunidad:
…He muerto, dos pasos más allá se encuentra mi cadáver. Tan solo dos pasos y tal vez una bala, pero toda bala perdida da en el blanco. Nunca supe de muertos y resucitados, tal vez tampoco sé de hermanos que se conmueven por un par de líneas. La palabra me llevó al matadero. Palabra roja, o tal vez violeta, o mejor si se desparrama su color, no importa, solo importa la bala y el rojo tiñendo el pavimento.
Los fuegos acaban, empieza la eterna memoria, pero nosotros decimonónicos e impertérritos seguimos al lobo del invierno. Nada escapa a la desolación, los dedos ateridos intentan ceñir la espada, los muertos desde abajo mastican hiel y frio. Tal vez en años posteriores la espada se levante por conjuro mágico en plegaria y vendaval.
Dos gotas de sangre hieren mi piel, siento el frio escarchar mi barba; y apenas la lúgubre penumbra levanta a los nombres. Cuando las sombras reseñen las historias, cuando el fuego aliente a los desaparecidos, mi espada estallará en la piedra, la desesperanza abrirá sus barrancos y mi armadura morderá el tiempo y la lágrima, y el amor fenecerá ante el clamor de los gritos sagrados. Es aquí que he de surgir, juez incansable del tiempo, memoria me llaman, traigo Verdad y Justicia.
24 de marzo exclamamos PRESENTE en nombre de todas y todos los desaparecidos de nuestra patria y mirando a nuestra bandera decimos, Memoria, Verdad y Justicia.